Los Bebés

sábado, 8 de diciembre de 2007

¿Hay algo más bonito que la sonrisa de tu bebé?

Desde el primer día en el que el bebé está con nosotros no dejamos de hacerle cucamonas para que nos eche una sonrisa, pero has de saber que en los primeros meses de vida del pequeño las sonrisas no son respuesta a las caricias que le damos. Aunque parezca sorprendente la sonrisa de los bebés pasa por diferentes etapas.

La sonrisa del bebé tiene como objetivo incrementar la interacción entre la madre/padre y el niño para así mantener la proximidad entre ambos. Durante los tres primeros meses, podrás ver cómo tu bebé sonríe mientras duerme o cuando está relajado después de comer; pero estas sonrisas son espontáneas y reflejas y carecen de respuesta “social”. El bebé, ante ciertos estímulos, provoca una sonrisa fugaz, incompleta y automática, es decir, no son respuesta a las caricias de otra persona, sino que constituye un indicador positivo de que el bebé está bien. A pesar de que no se obtenga una respuesta de forma inmediata a las caricias o mimos, el cerebro del niño las necesita para madurar.

En la etapa siguiente, hacia la tercera o quinta semana, aparecerá una sonrisa diferente; es la sonrisa social selectiva. El niño comienza a limitar los estímulos ante los que sonríe y distingue los motivos que le hacen reír; en esta fase los estímulos que producen una mayor respuesta por parte del bebé son los auditivos y la voz humana, sobre todo, la de la madre. Hacia la quinta semana, la fisonomía humana es el principal motivo para sonreír; la sonrisa ya es completa y sostenida, además con esta sonrisa se confirma la normalidad del cerebro del niño y es el inicio del desarrollo del bebé como persona.

Por último, surgirán las sonrisas sociales diferenciadas; es la fase que perdura toda la vida. El niño sonríe de forma abierta ante los familiares y son más reservados con los extraños a los que puede rehuir o dirigirles una sonrisa con fines de sociabilidad, es decir, una sonrisa aprendida por norma social. Si tu bebé no sonríe después de la sexta u octava semana es recomendable que acudas al pediatra.

Es fundamental que estimules la sonrisa de tu bebé, háblale cariñosamente con diferentes tonos, sonríele, dale mismos o juega con él, ya sabes lo importante que puede llegar a ser para su desarrollo. Además, si ayudas a estimularle puedes deleitarte con las mejores de sus sonrisas, pues… ¡no hay nada más bonito que la sonrisa de tu bebé!

¿Hay algo más bonito que la sonrisa de tu bebé?

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