Es muy habitual que entre las
mamás primerizas surja la duda de saber
cuándo debe de empezar a darle a su
bebé alimentos sólidos. Normalmente, se recomienda que el niño empiece a comerlos,
moderadamente, a partir de los
seis meses. La alimentación a partir de esta etapa será
mixta o complementaria; la introducción de
alimentos semisólidos es más una función de
aprendizaje que de nutrición, y la
leche materna seguirá siendo el
alimento fundamental.
El
cambio del pecho a las
papillas debe ser
progresivo, pues el
bebé tendrá que acostumbrarse a los
nuevos sabores y a ingerir los
alimentos. Deberás tener paciencia
con tu
bebé pues para él supone un gran
cambio, por lo que es posible que tenga
dificultades para ingerir
todo el almuerzo. Los
alimentos que puedes empezar a
incluir en esta etapa para que el niño tenga una
dieta nutritiva y balanceada son
cereales,
carne de vacuno, carnes blancas,
verduras (papa, zanahoria o zapallo) y
frutas (manzana, banana, pera); no deben llevar
sal y han de estar preparadas con
aceite 100% vegetal. Se deben cortar los
alimentos en trocitos
pequeños para evitar que el niño se
atragante. La
primera comida que le daremos al
bebé será una
papilla, cuya temperatura debe ser
tibia, y un
postre preferentemente un
puré de frutas. También es conveniente que tu hijo tome alguna
bebida durante las comidas y la mejor opción es el
agua.

Tienes que tener presente, que las
primeras comidas para tu bebé serán un
juego; el niño deberá sentarse mirando a la
mesa y en su
sillita, pero no te desesperes si el niño no "come bien"; es posible que
rechace o escupa la
comida, pero tranquila, hasta que no cumplen el
primer año la mayoría de los niños no comen
correctamente. En cuanto al
horario, puedes
elegir cuando darle la
comida; puede ser al
mediodía, por la
tarde o por la
noche; lo más importante es que los dos disfrutéis
tranquilos del momento para
adaptaros mejor. La
segunda comida se incorporará a los
ocho meses y en un horario
opuesto al de la primera; de manera que
progresivamente el
bebé se adapte a los
nuevos alimentos y deje de tomar la leche materna. Es importante que se le acostumbre a
tomar fruta después de las
comidas, ya que él lo tomará como
hábito y será
beneficioso para su alimentación
futura.
Esto son sólo unas
recomendaciones para
ayudarte con la
alimentación de tu hijo; pero es muy conveniente acudir a tu
pediatra de cabecera cuando quieras incorporar un nuevo alimento en la
dieta de tu
bebé, pues lo más importante es su
salud.