¿Cuál es el calzado más adecuado para el bebé?
La elección del calzado de los niños es una de las dudas que más planean por la cabeza de las madres cuando acuden a las tiendas. Cada vez más nos ofrecen numerosos tipos de zapatos de diferentes marcas y precios, pero lo más importante es saber elegir el zapato que mejor se adecue al bebé en función de su etapa, ya que el tipo de calzado influye en el desarrollo del pie del niño.
Hasta los tres años, el pie del bebé está en constante transformación, lo que requiere unos cuidados y atención especiales para garantizar su correcto crecimiento. Por lo general, el calzado debe ser cómodo, flexible, de forma cuadrangular y además, debe adecuarse a su etapa de crecimiento.
Hasta los nueve meses, no es necesario comprarle zapatos, ya que su única función es la de proteger los pies del frío y de la humedad. En esta etapa es recomendable que el niño esté descalzo siempre que sea posible; a la hora de salir a la calle puedes ponerle unos calcetines o patucos que cubran sus piececitos. En el caso de que le compres zapatos deberás asegurarte de que la suela no sea rígida y esté fabricada del mismo material que el zapato (preferiblemente piel). No tienen que tener tampoco costuras para evitar rozaduras.
Desde los nueve hasta los 11 meses cuando el niño comienza a gatear y a ponerse de pie, necesitará un calzado que le proteja de traumatismos y los roces contra el suelo. Los zapatos, en esta etapa, serán parecidos a los de la anterior, pero deberán incluir refuerzos en las punteras y el talón para que no se haga daño en los dedos.
A partir de los 11-14 meses, el niño empieza a dar los primeros pasos. En este momento, el bebé necesitará un calzado que le aporte el equilibrio y la seguridad necesaria para caminar. Es ahora, cuando más atención hay que poner para elegir los zapatitos; estos tienen que tener refuerzos en los laterales para evitar el ladeo de los pies. Es importante comprobar que los zapatos no le quedan pequeños (cada tres meses, más o menos, los pies del bebé crecen unos 7-8 centímetros); para ello, debe haber una distancia de 1 a 1,5 centímetros entre el dedo del bebé y la puntera.
A partir de los 14 meses, cuando el niño ya anda, los zapatos deben ser suaves y cómodos. Es necesario que la puntera y el contrafuerte estén reforzados para protegerlos de los golpes; la suela podrá ser de cuero o de goma, de esta manera le permitirá flexionar el pie. Por último, la horma del zapato tiene que ser ancha para que no le oprima el piececito.
Presta atención a estos aspectos a la hora de elegir el calzado de tu bebé, pues un zapato inadecuado puede provocarle problemas de salud.
Hasta los tres años, el pie del bebé está en constante transformación, lo que requiere unos cuidados y atención especiales para garantizar su correcto crecimiento. Por lo general, el calzado debe ser cómodo, flexible, de forma cuadrangular y además, debe adecuarse a su etapa de crecimiento.
Hasta los nueve meses, no es necesario comprarle zapatos, ya que su única función es la de proteger los pies del frío y de la humedad. En esta etapa es recomendable que el niño esté descalzo siempre que sea posible; a la hora de salir a la calle puedes ponerle unos calcetines o patucos que cubran sus piececitos. En el caso de que le compres zapatos deberás asegurarte de que la suela no sea rígida y esté fabricada del mismo material que el zapato (preferiblemente piel). No tienen que tener tampoco costuras para evitar rozaduras.
Desde los nueve hasta los 11 meses cuando el niño comienza a gatear y a ponerse de pie, necesitará un calzado que le proteja de traumatismos y los roces contra el suelo. Los zapatos, en esta etapa, serán parecidos a los de la anterior, pero deberán incluir refuerzos en las punteras y el talón para que no se haga daño en los dedos.
A partir de los 11-14 meses, el niño empieza a dar los primeros pasos. En este momento, el bebé necesitará un calzado que le aporte el equilibrio y la seguridad necesaria para caminar. Es ahora, cuando más atención hay que poner para elegir los zapatitos; estos tienen que tener refuerzos en los laterales para evitar el ladeo de los pies. Es importante comprobar que los zapatos no le quedan pequeños (cada tres meses, más o menos, los pies del bebé crecen unos 7-8 centímetros); para ello, debe haber una distancia de 1 a 1,5 centímetros entre el dedo del bebé y la puntera.
A partir de los 14 meses, cuando el niño ya anda, los zapatos deben ser suaves y cómodos. Es necesario que la puntera y el contrafuerte estén reforzados para protegerlos de los golpes; la suela podrá ser de cuero o de goma, de esta manera le permitirá flexionar el pie. Por último, la horma del zapato tiene que ser ancha para que no le oprima el piececito.
Presta atención a estos aspectos a la hora de elegir el calzado de tu bebé, pues un zapato inadecuado puede provocarle problemas de salud.
¿Cuál es el calzado más adecuado para el bebé?
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